Resumen:
Úunt Benito MartÍn Ujukam Sutank, yaunchu takákmasma anintrusar nékamuka úchi ása pujusmárin júarmanmaka ti kúntuts enentaiyaiti ní aparí jakámunam ní nukurínkia ní nunkén wakétkimiayi júnaka nékashmiayi, núnis aents arútma enentaimtin áinia unuimiatai jéa takasmanum enkemámiayi júnaka ní umái Concepción núi unuimiak enkétu ása namák nijíakranam wésa kámatkanam Zamurnu ajápamu puján wainiak jukí núi unímiamunam enkéamiayi. Uchi juarkimutaik nátsa jásmiayi núin pujusan úunt anáikiamu Obíspo Manuel Moncayo naártin yaínk núi muá ewekámin ánia uúntri anáikiamiayi tími micha nunkanam yurúmkan itítsa werú wéarmiayi itíurchatauyayi turasha najánmiayi áitkiasan jánch apakmatai, númi nakárma tsupírar imíatkin najánkatniun, jéa jeamkatniumnash áshi nuna unúiyarmiayi. Nú úunt yaiyá wématai niísha jinkí wémiayi túra umáin Concepsión núna eáktsa juarkimiayi, núi pujámurin nekáranka túke iímiayi nínkia takákmamiayi ní unuimiarmarin iníakmak túmaki úuntri ánaikiamu jáska írutka apujkar papíri ejétukma írunui.
Descripción:
La historia de vida del gran líder shuar, Benito Martín Ujukam Sutank, se enfoca desde su infancia, etapa muy triste por situaciones conflictivas que se presentó, su padre había fallecido y su madre, antes que se presente el desenlace fatal del mismo, se regresó a la tierra de su origen y de eso él no lo sabía. La coincidencia del destino lo llevó a parar en el convento de los franciscanos, a donde, también, su hermana Concepción había ingresado y fue ella quien lo encontró abandonado, en situación calamitosa, en las playas del río Zamora, cuando la población había salido a la pesca. Su niñez y adolescencia lo pasa dentro de este convento, bajo la tutela de los misioneros franciscanos. Se conoce que el Mons. Manuel Moncayo, le brindó apoyo y tenía mucha confianza en él a tal punto que a la edad de 10 años comandaba un grupo de mulas a la ciudad de Loja, a traer las provisiones, aunque en condiciones deplorables por la dificultad de la ruta, sumadas a eso el caminar descalzo. Además, fue e el Mons. quien le motivó a aprender oficios como: carpintería, sastrería, albañilería y otros Cuando el Mons. dejó la misión, también él se retiró de ella y fue en busca de Concepción, quien ya había formado un hogar con una persona que había conocido en el internado. Conociendo el lugar de residencia, siempre lo visitaba los fines de semana, el resto de días trabajaba en diferentes lugares en los oficios que había aprendido de niño. Como líder, entre actividades de relevancia, está la conformación de comunidades jurídicas shuar