Resumen:
Según datos del año 2010, cerca de 185 millones de personas, es decir casi el 3% de la población mundial, reside en un país diferente al de su origen. Este proceso se atribuye en gran medida a la globalización y a los procesos de liberalización que ha atravesado progresivamente el mundo1. La migración2 y fenómenos asociados se han convertido aproximadamente desde el año 1950
en rasgos propios de sociedades latinoamericanas que han pasado a ser
emisoras de emigrantes3. En este contexto, el Ecuador no ha sido la excepción
durante las últimas décadas. Pese a ser un país con una población reducida de
apenas 14.3 millones de personas4, alrededor del 20% de la población ha abandonado el país por diversas circunstancias, y se ha ido a países como Estados Unidos y España en la mayoría de los casos5. Para Ecuador, el fenómeno de la migración ha sido creciente a partir del siglo XX, específicamente desde el año 1999 en el que con la crisis financiera, los índices de migración se dispararon. Luego de dicha crisis, el país entró en un proceso emigratorio de incluso mayor grado que el que se dio en los años
cincuenta y sesenta a raíz de la crisis de la exportación de sombreros de paja
toquilla. Los acontecimientos ocurridos en el país en dichos momentos derivaron en la salida masiva de ecuatorianos en busca de nuevas oportunidades en el exterior.