Resumen:
La violencia puede llegar a desencadenarse en diferentes niveles. A veces pasando
indiferente por nuestros sentidos, pero otras veces se muestra tan obvia que nos atemoriza.
Todo aquello como consecuencia de una dinámica entre poder, dominación y violencia,
sabiendo que entre ellas se abren posibilidades, salidas y resistencias. Así, abordar el tema
de la violencia, en este trabajo de disertación, consistirá en transitar sobre un tema
multidimensional que se desata en la cotidianidad, pero al mismo tiempo se va reconfigurando.
Y si la violencia se presenta a veces incontrolable, no significa que ha
adquirido un poder propio, sino que el poder que se ejerce –y construye- en nuestras
sociedades –sobre nosotras/os- la impulsa -aún más- a formas inimaginables.
La propuesta es enfrentarnos a la violencia que se presenta a través de una imagensímbolo
dominante, es decir, una concepción que se impone en la reflexión de la misma. Ya
que la violencia al llegar a ser un objeto del poder, forma parte de una complicidad
estratégica, haciendo que ciertas violencias sean rechazadas y otras aceptadas. Pues la
violencia continúa siendo un tema limitado a aquellas definiciones dominantes que la
dividen entre lo legal e ilegal. Dualidad que -sin duda- cierra la puerta al cuestionamiento
sobre un tema que urge desprender de la forma dominante de concebirla para poder
enfrentarla en todas sus dimensiones.
Entonces, es necesario, no detenernos sólo en las reacciones que, al escuchar el
nombre de la Violencia, incurren en la acción de rechazo inmediato o incluso aceptación.
Aquello es -tan sólo- la recreación subjetiva de lo que la violencia representa en el imaginario
dominante. Aquel saber nos atrapa y no nos deja salir de la situación de conmoción, rechazo
o miedo, que termina por transformarse –de forma inconsciente- en complicidad con el
propio ejercicio de dominación y evita que nos sumerjamos en el complejo entramado que
despliega la[s] violencia[s]. Esto invita a alertar también los momentos y las situaciones en
que los victimarios se presentan como víctimas de sus propios actos.
Este trabajo va a considerar la propuesta teórica realizada por Slavoj Zizek, en su
obra Sobre la violencia: seis reflexiones marginales. El autor propone entender la violencia,
no sólo en su forma visible de manifestación [violencia subjetiva], sino dar cuenta de la
existencia de formas de violencia no visibles [violencia sistémica y simbólica]. Esta última
se muestra normal o –incluso- habitual, es decir no percibida y es la que asegura el orden de
dominación. Desde ahí opera el poder para presentar a la violencia –únicamente- en su forma
dominante: la violencia visible. Esto sucede cuando la violencia se configura también como
objeto y monopolio del poder. Entonces, entender las formas de violencia –en sus múltiples
dimensiones- posibilita que los actos de violencia visibles no sean considerados como
simples estallidos violentos.