Resumen:
Hemos sido testigos de procesos globales cada vez más radicales de universalización y de estandarización de la lógica dominante, para la cual, lo científico y objetivo es lo único válido y verdadero. Ahora bien, luego de que en la Modernidad se han expandido casi por completo estos procesos, y por lo tanto, se han llevado a la práctica sus postulados positivistas, incluso por encima de los saberes y de los miembros de las culturas ancestrales, experimentamos como humanidad realidades cada vez más caóticas, injustas e inequitativas, lo cual nos lleva a cuestionarnos radicalmente la validez de este proyecto aparentemente absoluto y eficaz. Las pedagogías críticas y sus debates en torno a la ciudadanía y a los Derechos Humanos, así como las contribuciones del paradigma ancestral del Buen Vivir convergen en una dialéctica crítica capaz de cuestionar los discursos hegemónicos, de valorar la alteridad y de reconocer en nuestros depósitos trascendentes de humanidad, dimensiones y capacidades éticas que nos permiten resistir desde miradas de esperanza.