Resumen:
No todos y todas las niñas en el Ecuador gozan de sus derechos a plenitud, no se ha logrado erradicar el trabajo infantil, es una deuda del Estado y de la sociedad cuyos actores no siempre reconocen su corresponsabilidad.
La infancia es una época en que niños y niñas deberían gozar plenamente de sus derechos sin tener preocupaciones y grandes responsabilidades, su responsabilidad mayor debería ser el estudio, pero en casos como los de los niños y niñas que trabajan en el Mercado de San Roque, esto no se cumple, más bien, desde tempranas edades, son responsables de contribuir al ingreso familiar.
Entre las causas más relevantes para la presencia de niños y niñas que trabajan, se pueden mencionar: la pobreza, la migración del campo a la ciudad, el desempleo, la exclusión y discriminación de grupos vulnerables como los indígenas, la valoración positiva del trabajo infantil que tienen las personas indígenas adultas, la falta de servicios de cuidado infantil en los horarios que trabajan padres y madres, quienes, además, no se han apropiado de los derechos de la niñez y solo tienen la percepción punitiva del incumplimiento de la normativa.
Entre las consecuencias más importantes están: deserción escolar en los niveles superiores de la educación básica, exposición a riegos (delincuencia, maltrato, violencia), pocas horas de descanso por las largas jornadas distribuidas entre las actividades escolares, el comercio en el mercado, las tareas domésticas y el traslado de la casa al mercado y viceversa. Los centros educativos a los que acuden no disponen de un adecuado equipamiento, no existen metodologías ni opciones de juego y recreación alternativas, la interculturalidad aún no aterriza en el proceso educativo.
En suma, el trabajo de estos niños y niñas, altera su calidad de vida, y en definitiva significa la pérdida de la niñez.